Que se hagan los sueños, hoy en todas partes
Pídele un deseo a la Copa América. Que se quede aquí, claro. Que Messi sea crack en el norte. Que Neymar se desate en el sur. Que Alexis y Arturo vuelen más alto, junto al cóndor. Copa, copita. Gracias por venir.
Hace 24 años que no venías a verme, Copa. Copita ingrata, y te vas en 23 días. Como si no tuviéramos tanto por hacer, por recorrer en mi país. Mira. Tenemos más metros, más gente, más edificios; pero también harta desconfianza, harta rabia, harto drama.
Y crecimos harto. Alexis no tenía zapatos la vez pasada y ahora míralo. Arturo tenía que turnarse para almorzar él o sus hermanas. Y mira ahora. Nuestro técnico, que se andaba subiendo a los árboles para espiar, hoy es prenda de garantía y rostro de bancos. Estamos en otra, Copa.
Pero tenemos esa misma sed de 1991, cuando el cielo y sus lluvias le aguaron el fútbol que pretendía hacer Arturo Salah. Nos secamos bien. Nos sanamos. Fuimos a un Mundial, en Francia, y nos gustó. Fuimos a otro, en Sudáfrica, y quedamos al debe. Y fuimos a un tercero, a Brasil. A ganarlo, decíamos. Pero no.
Quizás faltabas tú, primero. Y hoy nos volvemos a encontrar, Copa. Cambiamos tanto, pero somos los mismos. Te queremos como siempre, y más que nunca. ¿Hagamos un trato? Ya sabes lo que te pediremos… quédate.