Por qué un niño no vacunado contra el sarampión pone en riesgo al resto
La ministra de Salud, Carmen Castillo, fustigó la “moda” de no vacunar a los niños, en medio de la aparición de tres casos confirmados de sarampión, una enfermedad altamente contagiosa que se creía erradicada de Chile.Las personas que tienen mayor riesgo de contagio son aquellas que no se han vacunado o que lo hicieron, pero que no tienen la dosis completa. Se calculan en 650 mil en Chile. 400 mil de ellos son adultos de entre 34 y 44 años que recibieron sólo media dosis cuando eran niños y el resto son en su mayoría pequeños a los que no los han llevado a la vacunación del año de edad.Para frenar el contagio, es fundamental inmunizar a los niños, especialmente antes de los dos años, periodo en que tienen más tendencia a adquirir enfermedades y más riesgo de mortalidad. Además, por su falta de hábitos (como no saber taparse la boca al estornudar), expondrían a sus cercanos al virus, que según el subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, es casi el triple de contagiosa que la influenza. Es decir, se calcula que un infectado, contagia en promedio a unas 15 a 20 personas. Se transmite por gotitas provenientes de la nariz o laringe.Por eso, si un niño no se vacuna, es más susceptible de ser contagiado y contagiar. ¿Pero a quién, si se supone que el resto está vacunado? A otros niños y adultos no inoculados y personas que se encuentren inmunodeprimidas. Hay que recordar que la vacunación masiva comenzó recién en 1992 y antes sólo hubo campañas aisladas.Según explicó la doctora María Teresa Valenzuela, presidenta del CAVEI (Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones del Ministerio de Salud) a la Universidad San Sebastián, hoy el 92% de los niños se vacuna, es decir que uno de cada 10 está en riesgo cierto de contagio (unos 24 mil). Y a ellos hay que sumarle los de los años anteriores que tampoco se vacunaron. 80 niños murieron en el último brote en 1988.“La decisión de los padres de no vacunar no afecta solo a su familia y sus hijos, sino a todos quienes ya son susceptibles de enfermar, transmitiendo la enfermedad a los inmunodeprimidos, que no pueden vacunarse, e incluso provocar la muerte”, explicó la médico salubrista y coordinadora del Programa de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central, Nelly Baeza. Los que no pueden vacunarse son personas con enfermedades como algunos tipos de cáncer y con alergia a ciertos medicamentos. Lo grave de que no se concrete la vacunación, dijo Baeza, es que el sarampión es una enfermedad que no tiene tratamiento y que tiene una mortalidad de 30%.Adicionalmente al programa de vacunación nacional (al año de edad y en primero básico), en octubre se llevará a cabo una vacunación masiva contra el sarampión (antes se hizo en 1992 y 1996).La enfermedad se inicia a los ocho a diez días después del contacto con una persona enferma. En principio parece un resfrío con fiebre, dolor de garganta, romadizo y tos; al cuarto día aparece erupción cutánea de la cara hacia los pies, tipo maculopapula enrojecida. A esto se puede agregar conjuntivitis, fotofobia, dolor muscular, manchas blancas en la boca. Puede complicarse con otitis, bronquitis, neumonía o encefalitis o meningitis.