Delincuente amenazó a chonchina con vender órganos de su hija secuestrada
Sorpresa y angustia experimentó el martes último la pobladora Sonia Millacura (49), quien reside en Chanquín, próximo a Cucao, comuna de Chonchi. La mujer recibió un inesperado llamado a su celular mientras se preparaba para viajar a Castro.
La campesina dijo que repentinamente sonó su teléfono y que al ver la pantalla del aparato, este solo mostraba un número privado, sin pensar que ello sería el comienzo de un calvario que le provocó, en sus palabras, un “enorme colapso emocional”.
Una mujer simulando ser su hija de 27 años -quien reside en la capital provincial- le clamaba por ayuda, aduciendo que se encontraba secuestrada. La interlocutora con una voz similar a la de Tamara le decía “mamita, estoy secuestrada; por favor, ayúdame, me asaltaron unos hombres”.
La madre le consultaba dónde se encontraba y en ese momento intervino un hombre que le aseveró que su primogénita estaba bajo su control. “Señora, no le queremos hacer daño a su hija, pero usted a partir de este momento va a hacer todo lo que yo le diga”, le habría ordenado la voz.
Mientras trataba de controlar sus nervios que la traicionaban, Millacura escuchaba que el sujeto le hablaba que siguiera con atención las indicaciones que le daría y que, en caso contrario, podía correr peligro la vida de su hija. “Me dijo que depositara todo el dinero que tuviera en una cuenta, en un número que me iba a entregar”, relató la chonchina.
Daño
La acongojada madre solamente atinó en ese instante a pedirle al “captor” que no golpeara a Tamara. “Por favor, no le haga daño. Le pido que me espere porque me voy a demorar en hacer el depósito porque nosotros vivimos lejos, creo que no antes de una hora podré hacer el trámite”, añadió la isleña.
Mientras el supuesto secuestrador le insistía en que le diera una cifra concreta de la transacción, la chonchina atinó a recordar que podría reunir plata tanto de ella como de su marido producto del trabajo agrícola que desempeñan.
“Me acordé que tenía un dinero guardado y otros ahorritos de mi marido, por lo que le dije que le podía juntar alrededor de 2 millones de pesos y ahí me dijo que fuera a la Caja Vecina más cercana a mi domicilio para hacer el depósito”, apuntó Millacura.
Cuando ella entregó tal información la supuesta hija comenzó a gritar. De allí vendría lo más cruel del llamado.
“El hombre me insistió en que procediera con rapidez, ya que la abrirían para sacarle todos los órganos y que luego serían vendidos en Perú. En ese momento casi me vino un ataque, ya que era algo horroroso”, reconoció la progenitora.
Pasaron algunos segundos cuando la mujer se incorporó a la conversación con el estafador. A la vez que Sonia mantenía el contacto con el delincuente, su marido un poco más tranquilo, quien estaba atento a la conversación, llamó al celular de su yerno para corroborar los hechos que mantenían en vilo al matrimonio.
“Mi esposo le dice a mi yerno lo que sucedía con la Taty y le cuenta del supuesto secuestro. A lo que mi yerno dijo que su mujer se encontraba en su casa, en el sector Ten Ten de Castro. Mi yerno en ese momento se encontraba en Chonchi, pero se fue a Castro y se dio cuenta que mi hija estaba en la casa”, menciona la chonchina.
Tras la confirmación, vino la calma para la chilota, quien increpó al embaucador, el que aún seguía en línea, para después cortar la llamada.
Luego del trago amargo, la vecina acudió a la Tenencia de Carabineros de Chonchi y la PDI de Castro para estampar la denuncia, lo que no concretó. “Como no se hizo el depósito, me dijeron que no quedó en nada, solamente en un sufrimiento innecesario”, argumentó.
Luego de la ingrata experiencia, Sonia Millacura hizo un llamado a “no contestar llamados de números que no conozcan”.